jueves, 16 de agosto de 2012

La otra cara del viaje

Hoy hemos tenido jornada de descanso, hemos podido salir un poco de nuestra rutina habitual y adentrarnos un poco más en el día a día de la gente de Ouagadogou.

Es posible que no se aprecie en los posts que hemos escrito anteriormente la miseria que hay en este rincón del mundo. Pero sólo hay que darse un paseo por las calles de esta ciudad para ver la pobreza con la que esta gente convive día a día.



Hablamos de niños de 13 años que tienen que trabajar duro, de familias que tienen que vivir en casas de barro, sin luz ni agua corriente, sin letrinas, sin duchas...



Sin ir más lejos, esta noche mismo, hemos vivido una intensa tormenta que nos ha hecho reflexionar. Mientras nosotros estábamos en nuestra habitación descansando, nos hemos acordado de los chavales que vemos cada día. No nos hacemos a la idea de que en cualquier momento se les pueda inundar la casa con una de estas tormentas.

Al andar por las mismas calles donde ellos viven, dos palabras vienen a la mente: polvo y chatarra. Apenas hay asfalto, y la tierra domina el suelo que pisan. El agua de la lluvia da forma a las carreteras, haciéndolas imposibles para las motocicletas que cruzan cada día la ciudad.



Muchos van descalzos, igual que los animales de la calle que encuentras cada dos pasos. Sorprende ver cabras, gallinas o vacas desnutridas conviviendo con ellos. Pero también sorprende que puedan estar rodeados de tanta suciedad, de trastos rotos en mitad de la calle. Hay una falta de higiene patente en todo momento. Algunos se bañan con agua con barro. Otros en los desagües... os podéis imaginar lo que te puedes encontrar ahí.



Todo esto te hace pensar que vivimos en mundos totalmente distintos. Cuesta imaginar cómo podríamos explicarle a esta gente, que en nuestro país estamos en "crisis"...

Al margen de esto, hay algo increíblemente admirable en ellos. La sonrisa con la que salen cada día a la calle. La autonomía que tienen, lo fuertes que son y lo predispuestos que están para luchar día a día. Es muy frecuente ver a hermanos cuidando de los más pequeños. Y es muy raro ver a los niños llorar.



El trato que recibimos de ellos es muy gratificante. Aquí todo el mundo te da la mano, todos te saludan y muchos te conocen por el nombre.

Parece mentira, que en el mismo globo pueda haber formas de vida tan distintas, realidades tan distantes. Que unos tengan tanto y otros tan poco...
Para nosotros, es muy gratificante poder aportar nuestro pequeño granito de arena. Aunque somos conscientes de que no vamos a cambiar el mundo, las sonrisas de los más pequeños sí que cambian el nuestro, y nos hacen pensar que algo sí cambiamos el suyo.



Nos gustaría que dierais vuestra opinión acerca de este tema. ¿Creéis que es justo que hablemos de crisis cuando hay tanta gente en situaciones mucho peores que la nuestra? Desde estas líneas hemos intentado transmitiros lo que vemos día a día. Y queremos que compartáis vuestras reflexiones al respecto.

3 comentarios:

  1. Hola a todos!!!No creo que tengamos que compararnos!!!En el resto del mundo hemos evolucionado mas rapido!!!Conocemos unas riquezas que ellos no conocen y que nos lo arrebaten ahora es injusto!!!!!Por supuesto que siempre hay gente peor que nosotros!!!Asi que ayudemonos unos a otros para que la vida pase mas rapida y lo mas confortable posible!!!Besoss y todo lo que estais haciendo es muy grande,no todos pueden hacer feliz a tantas personas!!Asi que mucho animo!!!!

    ResponderEliminar
  2. este es uno, lamentablemente, de los grandes efectos de la globalización. Es importante valorar lo que se tiene. Creo que si todos nos preocupasemos de todos se podria conseguir un mundo mens capitalista.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias Laura y Anónimo por vuestras opiniones y por vuestro apoyo.

    ResponderEliminar